viernes, 22 de febrero de 2008

¿PORQUÉ SON NECESARIOS LOS LÍMITES?

· Porque el niño se siente seguro y protegido · Porque las normas les ofrecen una estructura sólida a la que aferrarse y son una referencia. · El niño ve que los padres son fuertes y consistentes y se sentirá mucho más inclinado a identificarse con ellos. · Ayudan al niño a tener claros, determinados criterios sobre las cosas y son referencias constantes. · Enseñan al niño que debe renunciar a veces, que debe aceptar el no y es una forma de enseñarle a enfrentarse luego a las frustraciones de la vida. · El niño aprende valores : (orden, respeto, tolerancia) ¿ Se deben poner límetes? Los niños necesitan que tu les pongas límites para que ellos puedan reconocer y respetar los límites. El no poner ningún tipo de límites al comportamiento del niño trae indeseadas consecuencias, y este podría ser el perfil de un niño al que no se le han puesto los límites adecuados. ¿Cuales son las cosecuencia de no poner limites a los hijos? El no poner ningún tipo de límites al comportamiento del niño trae indeseadas consecuencias, y este podría ser el perfil de un niño al que no se le han puesto los límites adecuados. Estas son las características del pequeño: · Tienen entre 3 y 18 años · Suelen ser muy inteligentes, ´” espabilados “ y manipuladores. · Egocéntricos, egoístas , intolerantes y caprichosos. · No toleran un No, siempre se les ha dicho sí. · Mandan en casa; no piden, sino que exigen y amenazan... si no me compras, si no me das, si no me dejas. · Se enfada frecuentemente y discute con los adultos a los que no suele respetar. . Es rencoroso. · Culpa a los demás de sus errores · No toleran las frustraciones puesto que nunca se han enfrentado a ella. · Tienen todo lo que quieren, sobretodo cosas, objetos, ( coches fantásticos con 3 años, móvil con diez, la última consola, etc...). Son en realidad máquinas de comprar. De esta forma su autoestima está ligada a tener y poseer “ quiero lo mismo que ese otro niño”, “ cómprame como a..” · En realidad su máxima aspiración es estudiar para ser rico. Son niños en fin, que nunca tendrán lo suficiente, cuyas exigencias son cada vez más elevadas y donde las negativas serán cada vez vividas de forma peor. Sus frases más frecuentes son: "Como yo digo que es así, es así", "lo quiero porque sí", "lo quiero ahora" y "si no me dejas...". Si no se llega a controlar a estos pequeños dictadores , se van a transformar en adultos violentos, apáticos, desorientados y desmotivados. A veces el perfil es diferente, dependiendo del tipo de padres que hemos visto. Aquellos hijos de padres superprotectores pueden ser agresivos como hemos visto, pero también pueden desarrollar una personalidad tímida, inhibida, insegura, con la autoestima baja porque nunca se ha sentido seguros sin sus padres. No han tenido que enfrentarse a frustraciones, y no saben como hacerlo cuando realmente deben empezar a vivir por sí solos.. problemas que habitualmente vemos en clínica en la etapa de la adolescencia, que es por decirlo de algún modo, la etapa en la que se puede ver el resultado del estilo educativo de los padres. Tanto unos como otros. La investigación demuestra que los chicos sin límites en la infancia pueden tener graves problemas de conducta y de aprendizaje en la escuela, tienen una adolescencia más conflictiva, y no tienen un buen futuro desde el punto de vista emocional. Sin embargo y en el fondo, estos niños demandan otro tipo de atención y a veces su comportamiento es un grito de ayuda, niños que están desconcertados, que no tienen marcos de referencia y se sienten solos y perdidos en el mundo, que llegan a creer en la interrelación entre cariño y regalos, porque eso es lo que les han enseñado. ¿Cómo se sentiría uno si va de noche por una carretera que no conoce, sin señalamiento, ni líneas pintadas en la calzada ? Los límites siempre son delimitaciones del camino, son cercos que protegen , que dan seguridad. Creo que ha quedado claro que los límites son necesarios. Sin embargo estoy segura de que no está en la mente de los padres, el educar a los niños sin ningún tipo de control. Aquellos que desgraciadamente lo hacen conscientemente suelen ser padres con trastornos patológicos que no son el objetivo de esta información. Entonces... Si realmente tratamos de educar correctamente a nuestros hijos, con una ciertas normas...¿ Que es lo que falla? . Veamos los errores más comunes cuando tratamos de imponer límites. ¿CÓMO SE DEBEN PONER LOS LÍMITES? Imponer límites no es fácil. Lo lógico es que tengamos que ir enfrentándonos a muchas discusiones y al hecho normal de que el niño se saltará muchas veces esos límites hasta que aprenda. Lo lógico es que desde pequeño, ya desde los tres años, el hecho de ir separándose de los padres , de ir evolucionando, marque el que el niño desafíe muchas normas. El período de oposición empieza con el “no” de los tres años, y la crisis más importante se presentará en la adolescencia. Es normal que el niño quiera probar, con su actitud y conducta, hasta dónde puede llegar y cuál es la reacción de los padres si se sobrepasa el límite marcado. Es, en ese momento, cuando hay que mostrarse firmes, pues si se cede, después costará mucho más retomar el respeto por las reglas. Veamos unas normas elementales.Los límites se deben poner desde pequeños. Hay que enseñarle desde pequeños. Es más fácil ceder a sus rabietas pero el niño debe saber que el no es no. Debe aprenderlo desde pequeño. Es una forma de ir educando la voluntad, el pequeño aprende lo que puede y no puede hacer, porque sus padres mantienen el límite con afecto pero con firmeza. El enfrentarse siempre a la misma situación con la misma reacción paterna hará que el niño interiorice la norma. Los límites deben ser adecuados para su edad. No podemos pretender que un niño de cuatro años recoja todos los días su cuarto, o que un adolescente vuelva a casa a las ocho, como cuando tenía 12 años. Los límites deben ir adecuándose a la etapa evolutiva del niño. Deben también ser metas realistas. No le podemos pedir a un chico de 15 años que ha suspendido todas que para la próxima debe aprobarlas todas. Es importante que valoremos lo que haya hecho, porque eso le animará a continuar. Los límites deben ser claros y precisos : Requieren una total compenetración entre los padres. Deben ser muy concretos porque así los niños lo entenderán mejor. No generales como “debes portarte mejor, tienes que ser bueno” sino “ sabes que no se enciende la tele cuando comemos” o “ recoge cuando acabes tus juguetes”. No son necesarios los discursos , son más eficaces las normas claras y sobretodo que el niño asuma lo que se le pide y porqué, sin demasiados rollos que le desvían del objetivo principal. Los límites deben hablarse, darles explicaciones, fijarlos de antemano, no dejarlos a la improvisación o al momento de rabia que tengamos, digamos que deben cumplir tres pasos: se habla, se les recuerda, hay consecuencias si no se cumplen. Pero debe hacerse desde la afectividad y el cariño. Si le obligamos a respetar ciertos principios nosotros debemos dar ejemplo, nosotros somos los modelos de identificación en los que el niño se va a fijar. No podemos castigarle por gritar o ser violento, si nosotros perdemos el control continuamente y doy puñetazos en la mesa. O decirle que no se debe mentir y decirle, “ esto no se lo decimos a tu padre”...se debe formar con hechos no con palabras. Procurar darle opciones: Eso hará que le resulte más fácil cumplir las normas. La libertad de elegir ayuda a reducir las resistencias en el niño. Por ejemplo: "Es la hora de vestirse, quieres ponerte el pantalón rojo o el azul”. Si sabemos que odia la verdura cuando es pequeño, intentar darle otra opción que no sea tampoco su comida favorita, pero que pueda elegir la que menos le desagrade. Es una forma de que el tome decisiones, y enseñarle autonomía. Darle tiempo: El debe ir aprendiendo a respetar las normas y nosotros debemos tener paciencia y saber que fallará muchas veces. Necesita un período de aprendizaje y aprenderá más rápido si valoramos cada pequeño cambio, cada intento. El elogio y el refuerzo positivo es lo que realmente cambia y modifica conductas. Ayudarle al principio a recoger los juguetes le enseñará mejor que si le damos gritos porque no ha recogido. Valorar siempre sus intentos y sus esfuerzos por mejorar. · Debemos mantenernos firmes. En cuestiones importantes es bueno aplicar el límite sin titubeos. Para ser firme se ha de creer que se hace lo correcto; de lo contrario, se transmite poca convicción al pequeño Por ejemplo si tu hijo está jugando un videojuego, necesitas antes de expresarle el límite tenerlo tú claro y que no vas a dejarte influenciar por sus ruegos o por sus lloros. Si es media hora de juego, es media hora. Lo más importante es cumplirlo. · Debemos distinguir qué límites son inamovibles. Existen normas que son básicas que no pueden ser objeto de revisión o de diálogo. El respeto por los demás, por los padres, la violencia, la mentira, no consumir drogas, etc... Existen otras que son importantes, pero que admiten revisión o admitir que los hijos opinen siempre previamente a establecer dichas normas, por ejemplo la hora de llegada a casa, la responsabilidad en el estudio, y otras más accesorias y que son más negociables, determinadas tareas en casa, ropa, corte de pelo, etc... ¿Y SI SE TRASPASAN LOS LÍMITES? COMO APLICAR CONSECUENCIAS. Es importante que los niños sepan de antemano que el incumplimiento de esta o aquella norma, trae consigo unas consecuencias. Son libres de elegir el cumplirlas o no, pero deben hacerse responsables de sus actos. Evidentemente esto se lo enseñaremos poco a poco. A un niño pequeño que no recoge la ropa y se la ha advertido, la consecuencia será que tendrá que recogerla en vez de ver los dibujos que en ese momento está viendo. El castigo no debe usarse como algo habitual. Pues perderá eficacia, y al niño no le enseñará nada. Cualquier acción (la riña, la prohibición de televisión y el azote) se verá debilitada con el abuso y no tendrá los efectos deseados cuando se necesite. · Deben ser cortos y proporcionados a la acción. Si dura mucho hay momentos en los que los niños no saben porqué se les ha castigado. Ellos deben saber que es el resultado de su acción. Si he traído una nota de la tutora diciendo que no hace los deberes, podré decirle que hoy y mañana empleará el tiempo que tenía de televisión en hacer los ejercicios y así recuperará el tiempo que perdió . Debemos también darle la oportunidad de que con el cumplimiento de la norma vuelva a tener los privilegios normales. Si esta semana haces todos los días los deberes, te dejaré ver 15 minutos más la tele, o leer, o jugar a la videoconsola o chatear con los amigos. Y nunca, nunca dejarnos llevar por nuestro estado de ánimo para fijar un castigo. Este debe estar implícito en el hecho de no cumplir la norma. · Deben ser educativos: Que tengan relación con la norma que se salte, así rectificaremos mejor la mala conducta . Has llegado quince minutos tarde, mañana vendrás quince minutos antes, y si persistes iremos aumentando el tiempo. No tiene sentido que si después de avisarle de las consecuencias deja la ropa por todo el suelo, que se le diga que no va a salir una semana. Se le puede decir que ahora debe recoger toda la ropa y también ayudarnos a nosotros en la colada. · No retrase el castigo: si se va a castigar al niño, hágalo tan pronto como sea posible después de la mala conducta. Las conductas se controlan mediante consecuencias inmediatas, así que no hay que esperar “hasta que llegue papá”. Es básico que nos vean seguros y sin dudas. · Deben ser comprendidos, debe saber porqué se queda sin tele o porqué tiene que pedir perdón si ha ofendido a alguien. Deben ser firmes: siempre las mismas consecuencias para las mismas faltas. Dar una oportunidad para la buena conducta: el efecto inmediato del castigo es enseñar al niño lo que es correcto, pero hay que darle la oportunidad de que demuestre lo que ha aprendido. Por eso es bueno darle la oportunidad de rectificar una primera vez y avisar que de continuar se aplicará la sanción.Evidentemente no es necesario que diga que los castigos nunca deben atentar contra los derechos del niño, nunca deben ser violentos, ni humillarle o ridiculizarle o exponerle a castigos degradantes y por supuesto evitar que la consecuencia de una falta del niño traiga también falta de amor, frases como “eres malo no te quiero”, aún persisten por desgracia en madres y padres. De ninguna manera “castiguemos” a nuestros hijos quitándoles el afecto o la atención. De igual forma que se pueden aplicar castigos ante faltas reiteradas es aún mucho más importante elogiar al niño cuando hace bien las cosas. Está comprobado que es mucho más efectivo que los castigos. El elogio y la recompensa puede ser física, comentarios orgullosos acerca de lo que el niño ha hecho, abrazos, besos, y también establecer unos premios materiales, o bien permisos extras, si el niño consigue reeducar una conducta. Hay que pillar al niño haciendo también algo bueno, no siempre lo malo... este es un defecto muy frecuente en los padres actuales. Permítanme darles unos pequeños consejos para facilitar la educación de sus hijos. · Confíe siempre en su hijo. Si el ve que sus padres nunca confían en el, se hará merecedor de esa desconfianza. · Los padres son antes que nada padres, después amigos. La autoridad bien llevada les ayudará a desarrollarse como personas. · Sobretodo escúchelos. No subestime sus problemas aunque a usted le parezcan tonterías. Para ellos son importantes. Tenga tiempo para ellos. Es lo que necesitan. Comprenderlos y a veces volver la vista atrás y recordar nuestra infancia, sobretodo nuestra adolescencia que será una época de conflictos, siempre beneficiará nuestras relaciones. · Deje que sean libres. Déjelos ser de la forma que quieren, quizás muy distintos a lo que usted espera... pero el ser padres es precisamente el educarlos para que vuelen solos y no nos necesiten. Esta es la tarea más generosa del mundo y ya se lo había dicho, la más difícil. No sea egoísta. · No lo olvide siempre es mejor reforzar lo bueno que hace su hijo, que estar siempre atento a lo malo. · Exprese usted sus emociones y deje que el exprese las suyas, si lo hace de una forma respetuosa le estamos enseñando a ser inteligente emocionalmente y eso le hará más feliz. · Reconozca que usted también puede equivocarse y dígaselo, eso le hará más cercano. · Pero sobre todas las cosas, demuéstrele siempre su cariño, su afecto incondicional, está demostrado que los niños que se sienten queridos son más inteligentes, mas capaces, crecen más por fuera y por dentro., el amor es siempre su mejor vitamina... Y ahora no quiero dejar de compartir algo que he leído en internet, una de esas hermosas cosas que una se encuentra en la red, de cuya paternidad nadie se ha hecho responsable pero que es un resumen de lo que yo he tratado de exponer.

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